Mientras varias marcas están abandonando el segmento y apostando por los SUV’s para su reemplazo, Toyota se mantiene firme con su sedán mediano. Y es que el Corolla es, a nivel mundial, su modelo más representativo y el más vendido. A lo largo de sus doce generaciones, la marca japonesa tuvo la receta justa para evolucionarlo adaptándolo a los tiempos que corren, aunque siguiendo una fórmula donde siempre prevaleció la sobriedad.

Manteniendo estas características como parte de su esencia pero con un notable salto tecnológico –uno de los más importantes de su historia-, a mediados del año pasado fue develada su duodécima generación, que luego de hacer su debut en Asia, Europa y Estados Unidos, finalmente fue presentada anoche en Brasil, desde donde se exportará a toda la región.

Su arribo fue anticipado en numerosas ocasiones y en 16 válvulas publicamos varios artículos al respecto, incluso la propia marca habilitó en los últimos meses un apartado en su web brasileña con la cuenta regresiva para su presentación, por lo que no hubo lugar para muchas sorpresas pero sí para confirmar más detalladamente la configuración del Corolla regional.

Comenzando por el diseño, el sedán –la única carrocería que estará disponible- utiliza la especificación europea y japonesa –la más sobria de las que se ofrecen- y se destaca por su estética más elegante y sofisticada. El sector frontal está inspirado en el Camry, dominado por una gran toma de aire, numerosos detalles cromados, faros más pequeños y parrilla en forma de V.

De perfil cuenta con trazos más marcados y rectos que la generación actual, pero sin alejarse demasiado de los cánones de la marca, mientras que la parte trasera se plantea como una evolución del remate de la 11º generación.

Puertas adentro, el interior fue completamente renovado y ahora luce un aspecto más moderno, que destaca como protagonista a la pantalla táctil de 7” tipo tablet flotante –compatible con Android Auto y Apple CarPlay, así como un instrumental que puede ser 100% digital –con un display de 7”- o combinar indicadores analógicos con un display de 4,2”. La ambientación variará de acuerdo a la versión, pasando desde el clásico tapizado beige y apliques símil aluminio, hasta los revestimientos en negro y detalles en piano black.

A nivel de equipamiento, por el momento se conoce la configuración de las dos versiones híbridas: XEi Hybrid y SE-G Hybrid. La primera de ellas ofrecerá luces delanteras full Led, sensor crepuscular, dirección asistida eléctrica variable, volante multifunción, control de velocidad crucero, sistema multimedia con pantalla táctil de 8” compatible con Android Auto y Apple CarPlay, cámara de retroceso, levantavidrios eléctricos con one touch, climatizador automático bizona, tapizado de tela, revestimientos en plásticos blandos, entre otros ítems. La tope de gama agregará espejos eléctricos plegables, luces traseras full Led, butaca del conductor con regulaciones eléctricas, tapizado de cuero con doble costura, sensores de estacionamiento delanteros y traseros e instrumental con pantalla de 7” configurable.

En seguridad, toda la gama dispondrá de 7 airbags (frontales, laterales, de cortina y de rodilla para el conductor), control de tracción, control de estabilidad, aviso de frenado de emergencia, frenos a disco en las cuatro ruedas con ABS/EBD/BA, asistente al arranque en pendientes, anclajes Isofix y aviso de cinturones de seguridad desabrochados. La SE-G sumará el paquete de asistencias a la conducción Toyota Safety Sense, compuesto por el sistema de pre-colisión, alerta de salida de carril con corrección de la dirección, control de velocidad crucero adaptativo y luces altas automáticas.

Desarrollado bajo la plataforma modular global de Toyota (TNGA), la misma que utilizan el Prius o la RAV4, entre otros productos, el sedán creció levemente en dimensiones: 4.630 mm de largo (+10 mm) y 1.780 mm de ancho (+5 mm), excepto en altura, que se redujo en 20 mm (1.455 mm). Se mantiene la distancia entre ejes de 2.700 mm y la capacidad del baúl (470 litros). Las versiones convencionales disponen de un tanque de combustible de 50 litros, que en el caso de las híbridas es de 43 litros. Además, otro atributo de esta arquitectura es que cuenta con suspensión trasera independiente, del tipo multilink, lo que mejorará su comportamiento dinámico.

Al estar pensada desde cero para versiones electrificadas –sean híbridas o incluso a hidrógeno- se destaca por su bajo centro de gravedad, ya que las baterías están ubicadas en el piso del vehículo y posibilita que varios modelos compartan sus características mecánicas. Este es el caso de las variantes híbridas del Corolla, con idéntica configuración a la del Prius: un motor naftero 1.8 de ciclo Atkinson y 98 CV, asociado a un propulsor eléctrico de 72 CV, con el que desarrolla en conjunto un total de 122 CV y se acoplan a una caja automática CVT.

Mención aparte para una particularidad de las versiones que se comercializarán en Brasil, son las primeras híbridas-flex del mundo, ya que pueden utilizar nafta y etanol.

Para las variantes convencionales, en Brasil el propulsor naftero 2.0 VVTi recibió una profunda actualización: ahora posee inyección directa e indirecta combinadas y ciclo Atkinson, llevando su potencia hasta los 170 CV. En cambio, en Argentina continuaría ofreciéndose el 1.8 VVTi de 140 CV, en ambos casos asociados a una caja manual de 6 marchas o a una transmisión automática CVT.

Tal como lo venimos señalando en otras notas, su llegada a nuestro mercado está prevista para principios de 2020.